Nuestra identidad digital está formada por las
acciones que realizamos en Internet pero también por las que realizan
otros siendo nosotros protagonistas de las mismas. Por tanto hay que ser
cuidadosos con lo que se publica porque puede ser un problema a medio o
largo plazo dado lo complicado que es suprimir contenidos inadecuados.
Sin embargo, Internet no ha inventado el bulo, la difamación o el
cotilleo, sino que ha facilitado su difusión.
Del mismo modo que hay que evitar una imagen negativa, resulta
interesante tanto para las personas como para las instituciones, en este
caso los centros educativos, proyectar una imagen positiva.
Esto requiere esfuerzo por parte del centro educativo puesto que no
basta con crear una página web con vistosas animaciones encargadas a una
empresa pero que no se actualice nunca sino que es necesario reflejar
las actividades del centro usando todos los recursos disponibles,
incluidas las redes sociales.
Existen sistemas automatizados para publicar contenidos en las redes
sociales a partir de las entradas de un blog pero también es conveniente
realizar un seguimiento de esas mismas redes para contrarrestar, en su
caso, posibles valoraciones negativas.
Como dice Jose Manuel Busto en su blog permalink.debemos
hacer que cada alumno construya su propia identidad en la red para que
así pueda contruir su propio entorno de red de aprendizaje.
Tener en cuenta nuestra identidad digital como docentes no solo nos
va a servir en nuestra tarea en sí misma, sino que nos va a permitir ser
conscientes del papel que ejercemos, y vamos a ejercer, en el
aprendizaje de nuestro alumnado, pero también en el nuestro propio. En
nuestras vidas resulta básico ser conscientes de quiénes somos para
decidir hacia qué objetivos queremos dirigirnos. Así pues, debemos ser
conscientes de nuestra identidad digital, conocerla, y decidir qué
aspectos queremos exponer de ella de primera mano hacia la comunidad
educativa (sea alumnado, madres y padres, profesorado, o cualquiera que
tenga que ver con ella) y la sociedad en general.
Parte de la tarea docente es conseguir la autonomía de nuestro
alumnado, que sean capaces de desenvolverse en la sociedad y comunicarse
en/con ella. Una vez que hayamos iniciado el trabajo de desarroyar
nuestra propia identidad digital, el siguiente paso será conseguir que
el alumnado tome conciencia de su posición en el mundo, el analógico y
el digital. Conseguir que averigüen quiénes son y qué quieren va a
exigir que reconozcan su identidad digital y cómo quieren verse a ellos
mismos en un mundo virtual cada vez más presente en el físico.
El día a día nos muestra que cada vez más personas están usando las nuevas tecnologías y entre esas personas están nuestro alumnos, Juan José de Haro en su post Identidad digital y redes sociales
en su blog Educativa, cuando expone: “la sorpresa puede surgir cuando
vemos nuestro nombre asociado a una foto que no hemos subido nosotros,
una lista de antiguos alumnos que algún compañero de la infancia ha
colocado en Facebook, o un comentario en un foro hablando directamente
de nosotros”. Pero esto solo se puede controlar activamente moviendo las redes sociales y no pasivamente sin hacer nada. Tu eres dueño de tu identidad y tu eres el único que puedes cambiar aquello que no quieres que vean.
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